La venta de una vivienda es una de las operaciones financieras más importantes de nuestra vida, pero no tiene por qué ser la más compleja. Además de los aspectos económicos, legales y burocráticos, vender tu casa implica una alta carga emocional por todos los recuerdos.
Sin embargo, detrás de la venta de una vivienda habitual siempre hay una razón de peso que nos hace tomar esta importante decisión, en ocasiones son aspectos positivos y en otros no tanto. Pese a que pueda parecer extraño, la realidad es que la motivación por la cual se decide vender una casa es importante de conocer para que de esta forma, el plan de venta del inmueble se ponga en marcha. Cada motivo precisa de unas acciones comerciales diferentes, un plan de comunicación especial y unas consideraciones legales y fiscales que se deben vigilar.
Entre los motivos más habituales encontramos:
La herencia de un inmueble: suele tratarse de inmuebles sin cargas hipotecarias a los que hay que prestar especial atención a los temas legales y fiscales involucrados en la operación.
Problemas económicos: en algunos casos la situación económica del propietario se ha deteriorado y urge la necesidad de vender. Los precios en este caso son muy importantes ya que los plazos juegan en contra de la persona que desea vender el inmueble.
Separación conyugal: otro de los motivos habituales a la hora de vender una vivienda. En estos casos es importante vigilar los aspectos legales y fiscales para evitar una carga mayor en el momento de la venta por las plusvalías que se generen.
Cambio de residencia: en este motivo los plazos son muy importantes ya que en muchas ocasiones el traslado de residencia supone también un cambio de trabajo con una fecha concreta de incorporación.
Ampliación de familia: la llegada de un nuevo miembro a la familia requiere a menudo un cambio de residencia a una más grande, especialmente cuando se pasa de dos a tres hijos. En estos casos se suele optar por una “hipoteca puente” que ayude a disponer de los fondos necesarios para comprar una nueva vivienda sin haber vendido la anterior.
Según los últimos estudios económicos, el 47% de los españoles vende su vivienda por la necesidad de un cambio de hogar y el 40% tiene urgencia por venderla lo antes posible. Esto en parte puede favorecer el acceso a la vivienda a las personas que desean adquirir un inmueble. Algo que actualmente, está en auge sobre todo tras las medidas que ha adoptado la Comunidad de Madrid en el programa ‘Mi Primera Vivienda’ en la que si cumples todos los requisitos podrás acceder al 100% de la financiación hipotecaria.
Tras recibir una herencia puede ocurrir que una misma propiedad esté repartida entre varios propietarios. Cada uno de estos titulares tiene las mismas obligaciones: gastos de comunidad, seguro, IBI, mantenimiento, etc. de tal forma que si alguno de los herederos no cumple con sus obligaciones, los demás deberán pagar por él.
Para evitar este tipo de problemas, lo más habitual en estos casos es vender el inmueble heredado y repartir los beneficios entre los herederos según la parte proporcional que corresponda a cada uno. Pero ¿qué ocurre si alguno de los herederos no quiere vender su parte?
De entrada, no se puede obligar a ninguno de los titulares a vender la casa. La herencia estipula cómo se reparte el inmueble y por lo tanto, cada uno puede hacer lo que le plazca con la parte que le corresponde. Sin embargo, un bien inmueble no es divisible y la decisión de uno, afecta automáticamente a la de los demás herederos.
Por lo tanto, si uno de los herederos se opone a la venta, por mucho que el resto quiera, la venta no se podrá realizar. Llegados a este punto, la única opción que existe es el procedimiento o vía judicial donde a través de una solicitud de división de la herencia se puede obligar a vender una casa a un heredero.
A la hora de vender un inmueble puedes optar por hacerlo por tu cuenta o mediante la gestión de una agencia inmobiliaria. La razón principal a la hora de decidir contratar o no una agencia para la venta de tu vivienda es un posible ahorro.
Poder confiar en un profesional puede facilitarles mucho las cosas a los propietarios que no tengan tiempo suficiente para captar compradores, atender visitas y otros aspectos primordiales a la hora de vender una casa.
Cabe destacar que las inmobiliarias cobran por vender un piso. Las comisiones varían mucho de una empresa a otra: algunas cobran un tipo fijo de honorarios y otras establecen un margen o importe predeterminado.
Los honorarios suelen estar influenciados por los precios de la zona donde se encuentre situado el inmueble en venta pero normalmente el porcentaje de la comisión se sitúa alrededor del 3% del precio final. No obstante este precio puede variar. Al tratarse de unos servicios profesionales, a estas comisiones hay que añadirles un 21% de IVA. La comisión a la inmobiliaria suele pagarse en dos plazos: la primera en la firma del contrato de arras y la segunda durante la firma de la escritura ante notario. Puedes entrar en nuestra web para que podamos valorar tu inmueble.
La decisión de contratar una agencia inmobiliaria o vender tu inmueble tú mismo depende sobre todo de tu disponibilidad de tiempo y dinero. Ahora bien, siempre es buena idea contar con la ayuda de profesionales preparados para guiarte y acompañarte en cada paso del camino y en VOhome estamos aquí para eso.
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